A menudo las consultas de sexología se llenan de personas con problemas o disfunciones sexuales. La mayoría de las veces, estos problemas se deben, entre otras cosas, a una mala comunicación con la pareja.

Es curioso como muchas personas que llevan juntas varios años, no son capaces de saber qué les gusta a su pareja en la cama, bien porque lo dan por hecho o bien porque no se atreven a exponerlo abiertamente.

 

Comunicación afectiva

Durante las relaciones personales, y más en las relaciones afectivas o de pareja, es muy importante la forma en la que se expresa el afecto. Cada persona ha recibido durante su historia de vida una forma de afectividad diferente. Esto hace que al llegar a la vida adulta se tengan aprendidos ciertos patrones sobre lo que es el afecto en la pareja.

Las relaciones amorosas pasadas también condicionarán la forma de expresar el afecto en una persona.

Podemos comunicarnos afectuosamente con nuestra pareja a través de cuerpo: abrazar, achuchar, besar, coger de la mano, acariciar, masajear, etc…

Y también a través de la palabra: usar motes cariñosos, decir palabras afectuosas, halagar y demás.

Hay que tener en cuenta que los afectos pueden ser positivos o negativos. La propia expresión facial o corporal puede mostrar a la pareja el estado de ánimo que se tiene. Hay que cuidar que vaya acorde con lo que se hace o dice.

Durante las relaciones sexuales, las manifestaciones cariñosas son apreciadas generalmente por ambos miembros, aunque es posible que existan diferencias individuales en este aspecto. De ahí, la importancia de hablar sobre el tipo de afecto que se desea mostrar en la cama para que no se produzcan frustraciones.

 

Dar o recibir

Cada uno de nosotros podemos dar o recibir afecto. Debemos conocer dónde nos encontramos más a gusto y dónde se encuentra mejor nuestra pareja. No es raro que uno de los miembros prefiera mostrar el afecto y el otro miembro se encuentre mejor recibiéndolo.

Si a ambos miembros les gusta más dar que recibir o al contrario, deberán acoplar los afectos de forma que ambos queden satisfechos.

Lo mismo ocurre con el rol activo o pasivo durante las relaciones sexuales. Al principio de las relaciones se aprende un patrón que cuesta modificar con el paso del tiempo. Manifestar conformidad o disconformidad con el rol tomado es fundamental para que pueda cambiarse.

Son muy frecuentes las veces en las que un miembro de la pareja de “queja” de que su pareja es demasiado pasiva o activa. Evidentemente, hablarlo será fundamental para poder cambiarlo.

 

Comunicación informativa

Otro tipo de comunicación sería la comunicación informativa durante las relaciones sexuales. Esto significa decirle al otro lo que nos gusta, lo que no nos gusta, cómo podría mejorarlo, o dónde nos gustaría más.

Se puede decir a través de la palabra o a través del cuerpo. Por ejemplo, podemos guiar la mano de nuestra pareja hacia donde queremos que nos acaricie.

 

Hablar de sexo

Hablar de las relaciones sexuales con la pareja es imprescindible para que ambos disfruten plenamente. Cuando no se habla de sexo, ambos miembros dan por hecho situaciones, caricias o prácticas que creen que gusta a la pareja, pero que no saben ciertamente porque nunca se lo han preguntado.

Son muy frecuentes los casos en los que las parejas que acuden a consulta por dificultades sexuales, no saben si su pareja ha tenido un orgasmo alguna vez, o si disfruta con alguna práctica más que con otra.

 

Para concluir

Hablar antes, durante y después de las relaciones sexuales es fundamental para que conocer los gustos y las sensaciones que tiene la pareja en cuestión de sexo.

Saber si la pareja disfruta o no en las relaciones evitará falsas interpretaciones, y solo se puede saber si se lo preguntamos directamente.

Asimismo, mostrar afecto positivo en la pareja, dentro y fuera del sexo, favorecerá la buena relación entre ambos.

 

Gemma Sánchez Pérez

 

Psicóloga y Sexóloga en Sexalus