Existe mucha desinformación general sobre la figura del profesional de la psicología. Cuando nos planteamos la posibilidad de acudir a un psicólogo/a, deberíamos tener en cuenta varios aspectos.

En primer lugar, hay que saber qué hace el profesional de la psicología; en segundo lugar, debemos seleccionar aquel profesional que tenga la formación, experiencia y trabaje de una manera afín a cada cual.

 

Tipos de psicólogos

La figura del psicólogo comprende numerosos ámbitos de actuación. Existe el psicólogo educativo, deportivo, clínico, general sanitario, jurídico, del trabajo, etc…

Cada profesional tiene unas competencias y una formación específica, así que cada psicólogo entiende y sabe sobre su especialidad o ámbito de trabajo.

Me voy a centrar en hablar del psicólogo que trabaja en consulta (generalmente en el ámbito privado), asesorando, orientando, haciendo terapia a personas, parejas o grupos que tienen algún problema que les causa sufrimiento.

En este caso, el profesional debe ser psicólogo clínico, psicólogo general sanitario o psicólogo con habilitación sanitaria.

 

Recomendaciones

En muchas ocasiones acudimos al profesional de la psicología recomendados por alguna otra persona (amigo, familiar, compañero) cuya experiencia ha sido positiva. Esto está muy bien, si además, tratamos de buscar información sobre dicho profesional y se adapta al nuestro tipo de problema y trabaja con una corriente que nos pueda funcionar.

Es decir, un psicólogo puede haber tenido una experiencia muy positiva con algunas personas y no con otras, y esto tendrá que ver con varios factores.

En este aspecto podríamos decir que un buen psicólogo puede resolver muchos casos y otros no.

Algunas veces el proceso terapéutico no funciona porque no se da una buena conexión entre profesional y paciente/cliente.

Es fundamental que el paciente/cliente confíe en que el profesional le va a ayudar y que tenga unas expectativas realistas (el psicólogo orienta, acompaña, ayuda y propone pautas) pero el problema lo debe solucionar el paciente/cliente.

 

Qué no es un/a psicólogo/a

  • Un psicólogo no te soluciona los problemas; los problemas los soluciona el paciente/cliente con la ayuda del profesional.

 

  • Un psicólogo no es adivino/vidente. El profesional de la psicología, no sabe cómo se va a desencadenar el proceso terapéutico nada más verte, ni te “chequea”, ni psicoanaliza en una primera entrevista o exploración psicológica. La psicología es una ciencia con unos métodos y unos protocolos que están para ser usados y aplicados con ética y profesionaldiad. Lo que te dice el psicólogo, no se basa en conjeturas ni en creencias personales, sino en sus conocimientos y en la experiencia con otros casos.

 

 

  • Un psicólogo no se va a meter en tu intimidad si no es necesario para solucionar el problema por el que acudes. El psicólogo no te pregunta cosas que no sean necesarias para el proceso terapéutico. El psicólogo no fuerza a que cuentes cosas que no quieras contar ni va a plantearte hacer tareas que no sean necesarias para el proceso de recuperación. No debería existir miedo a acudir al psicólogo, ya que éste debe adaptarse a lo que el paciente/cliente pueda contar y a su propio ritmo de trabajo. Esto no significa que algunas de las sesiones de terapia o asesoramiento sean duras, puesto que se está enfrentando el problema o problemas.

 

 

 

  • Un psicólogo no es tu amigo. Por muy buena conexión que exista entre profesional y paciente/cliente, el psicólogo no es tu amigo, puesto que perdería su objetividad y dificultaría el proceso terapéutico.

 

Cuando acudir a un psicólogo

Existe la falsa creencia de que al psicólogo acuden las personas que están realmente mal o que tienen algún tipo de trastorno mental o disfunción. Esto queda bastante lejos de la realidad, puesto la mayor parte del trabajo del psicólogo se hace con personas mentalmente sanas que acuden por problemas puntuales o permanentes que no se consideran patología mental.

En este caso, puede tratarse de personas que pasan por momentos de crisis personal, dificultades, falta de habilidades para relacionarse, problemas de autoestima, dificultad para gestionar las emociones, procesos de duelo, dificultades en la pareja, etc…

El psicólogo, en estos casos, evalúa, acompaña, guía y dota de herramientas para que estas personas puedan tener otra perspectiva de sus problemas y puedan solucionarlos o sobrellevarlos sin sufrimiento.

 

Gemma Sánchez Pérez. Psicóloga. Terapeuta sexual y de pareja.