pornografía y afectación a la pareja I

Hoy en día el acceso a internet en cualquier plataforma facilita mucho el acceso a diversos contenidos. Las relaciones de pareja se ven afectadas por la forma en que la tecnología avanza en la sociedad. Cada vez, prestamos más atención al móvil y menos a nuestra pareja.

Esto hace que la forma en la que nos comunicamos empiece a ser diferente. Ahora hablamos por whatsapp hasta dentro de la misma casa o para hablar de cosas importantes.

En relación a estos cambios sociales, la vida sexual también se ve afectada de múltiples maneras. En primer lugar, hay menos “espacios vacíos” donde puedan surgir encuentros sexuales, ya que en la actualidad son muchas las parejas que acuden con los móviles y otros dispositivos a la cama.

Otro de los cambios que supone el abuso de la tecnología es la facilidad de acceso a los contenidos pornográficos.

Según la R.A.E. la pornografía es la presentación abierta y cruda del sexo que busca producir excitación // Espectáculo, texto o producto audiovisual que utiliza la pornografía.

Según estas definiciones, podemos extraer:

  • La pornografía no hace referencia únicamente a imágenes visuales, sino también a textos.
  • La pornografía busca producir excitación.

Desde mi experiencia profesional, diré que la mayoría de veces la pornografía se usa con el fin de excitarse para masturbarse posteriormente o para mantener la mente abierta a las relaciones en pareja y en otros casos, por simple curiosidad  (aprender o coger ideas).

Ahora bien, volvemos al tema de que la pornografía se usa para producirnos excitación, ¿qué tiene de malo esto? y, ¿es cierto que los hombres consumen más pornografía que las mujeres?

 

Los hombres son generalmente más visuales que las mujeres

El hombre, generalmente, es más frecuente que se excite, erotice o desee a través de una estimulación visual. En el caso de la pornografía, elegirá imágenes visuales (sean videos o fotografías); en el caso de las mujeres, al ser menos visuales, suelen elegir textos y muchas de ellas también videos o películas.

Sí, los textos también son pornografía. Muchos relatos eróticos o libros, contienen una carga sexual tremendamente explícita que puede calificarse de pornografía. No toda la literatura erótica es “romántica”.

Es muy raro que las mujeres usen imágenes estáticas pornográficas (fotografías) para erotizarse o excitarse. La pornografía a través de videos o películas también puede ser un recurso para muchas de ellas.

 

Tipos de películas pornográficas o eróticas

Al igual que hay muchos tipos de textos eróticos, que van desde lo romántico hasta lo pornográfico, en el caso de las películas sucede igual.

Hay películas que podemos calificarlas de eróticas, puesto que las escenas sexuales cuentan con imágenes donde no aparecen los genitales mientras realizan algún tipo de práctica sexual. Sí aparecen desnudos y sí aparecen escenas de sexo, pero el nivel explícito es menor en el cine erótico.

En la pornografía se reproduce crudamente el acto o práctica sexual, y en muchas ocasiones (la mayoría), sin carga argumental previa.

También existe la pornografía (pura y dura) con carga argumental previa, que podría tener un consumo más femenino, o al menos es mayor el interés femenino por este tipo de pornografía.

Y no, no es que las mujeres quieran romanticismo o amor asociados al porno, nada de eso. Simplemente es que la mujer se erotiza con mayor facilidad cuando hay una historia previa. Eso ayuda a conectar con las imágenes y actos que se desarrollarán posteriormente entre los personajes, ya que la mujer, repetimos, es menos visual.

Con este artículo no quiero generalizar, porque también hay muchas mujeres que se excitan o consumen pornografía convencional. Pero bien es cierto que en el consumo de pornografía sigue habiendo diferencias de género, nos guste o no.

 

Aprender del porno y lo que nos genera

Muchas personas creen que el porno sirve para aprender, ya sean técnicas sexuales, ideas o formas de comportarse en la cama.

El hecho de aprender del porno lo único que va a crear es un modelo de sexualidad erróneo y lleno de mitos, ya que la respuesta sexual que ocurre en este tipo de cine, es completamente falsa.

Primero, nos genera una imagen irreal de los genitales, tanto masculinos como femeninos, ya sea en tamaño o forma. No nos olvidemos que como cine, los actores están maquillados (sí, también los genitales).

Y segundo, la pornografía nos enseña que lo que hace gozar es la penetración (por donde sea) sin prestar demasiada atención a otros aspectos.

Por otra parte, nos proporciona una información que nos muestra unas erecciones inmediatas y un deseo desbordante, cosa que no siempre sucede en las relaciones reales.

Aprender de la pornografía convencional es un tremendo error al no mostrar la respuesta sexual de forma realista, ni tan siquiera los órganos sexuales ni formas de proceder corresponden a un estándar estadísticamente habitual.

Si lo que queremos es saber más sobre técnicas sexuales existen buenos libros, buenos blogs sobre sexualidad y buenos profesionales de la sexología.

Evidentemente, el consumo de pornografía no es negativo en sí mismo, y lo desarrollaremos en el próximo artículo.

 

Gemma Sánchez Pérez. Psicóloga y Sexóloga. Especialista en problemas de pareja