Por fin vienen las esperadas y ansiadas vacaciones; ese idílico tiempo maravilloso para hacer todo aquello que no hemos podido hacer durante el resto del año.

Pero ahora bien, es un clásico todos los años, la cantidad de parejas que deciden separarse después de las vacaciones.

¿Por qué ocurre esto y cuáles son los errores que se suelen cometer para creer que no hay solución?

1. Elaborar excesivos planes en pareja y no disponer de tiempo para unx mismx. A veces, las parejas se empeñan en hacer todo lo que no tienen tiempo de hacer durante su rutina y se olvidan de agendar tiempo individual.

2. Hacer casi todo por el otro. Una variante de la anterior sería intentar complacer a la pareja dejando de la lado las propias preferencias, con el consiguiente resultado de una insatisfacción personal.

3. Dedicar mucho tiempo a la familia. Cargarse de excesivos planes en familia, resta tiempo de intimidad a la pareja. Equilibrio para todo.

4. No hablar con antelación de lo que se espera en determinadas situaciones. Dar por hecho que las cosas van a salir bien sin hablarlas o dar por hecho lo que el otro piensa o desea, es otro de los errores más frecuentes.

5. Activar el mal humor, la queja y la inflexibilidad. No es agradable pasar mucho tiempo con una persona que esté todo el tiempo quejándose (y no digo que hoy en día no haya motivos para ello), o con mal humor. Estas actitudes desgastan la energía de quienes tenemos al lado.

¿Qué hacer para sobrevivir a las vacaciones en pareja?

1. Tener una buena comunicación con tu pareja durante todo el año. La comunicación es la herramienta fundamental para conocer a nuestra pareja, sus deseos actuales y sus preferencias. En vacaciones, aun es más importante hacer

un ajuste de expectativas para que fluyan adecuadamente y satisfactoriamente para ambos.

2. Tener una expectativa realista. Las vacaciones no son espacios perfectos libres de problemas. Es muy probable que el lugar que hayáis elegido esté masificado, no tengan la marca de bebida que más te gusta o que la almohada del apartamento vacacional no sea de tu agrado. Hay que ser flexible y adaptarse con humor a este tipo de contratiempos.

3. Establecer momentos de tiempo individual. Es común que las parejas planifiquen sus días de vacaciones para hacer algún viaje o actividades compartidas, pero es muy aconsejable no ceder todos los días de vacaciones a actividades en pareja. El tiempo para unx mimx es totalmente enriquecedor y fortalecerá la relación si sabemos usarlo bien.

4. Elaborar planes divertidos para ambos miembros. Es importante tener en cuenta los deseos y gustos de ambos y hacer actividades que puedan activar emociones positivas. Planes que impliquen hacer actividades físicas, ver espectáculos de humor, conciertos, parques de atracciones y similar, son actividades que suelen activar emociones positivas.

5. Dejar días para el relax y el contacto físico. Es común que las parejas llenen sus días con miles de actividades y luego “se quejen” de que no han tenido tiempo para el sexo. Es bastante normal que si estamos visitando una ciudad nueva todo el día, al llegar al hotel no apetezca tener relaciones sexuales. Es interesante que las parejas dejen algunos días para la desconexión y el relax y para hacer actividades más calmadas que fomenten la cercanía y aparezca del deseo erótico.

6. Negocia, flexibiliza y pon en marcha el sentido del humor. Tal y como he comentado antes, hablar y comunicarte con tu pareja, será fundamental para que se puedan poner en marcha habilidades de comunicación y solución de problemas, así como relativizar y aplicar el sentido del humor a las situaciones que vayan pasando.

No perder de vista que las vacaciones deberían ser un periodo para descansar, hacer actividades agradables, y en el caso de las relaciones de pareja, reconectar y redescubrirse.

Por último, es obvio que si una pareja decide romper después de las vacaciones, es porque la relación tendría carencias desde hace un tiempo que se evidencian más en ese supuesto tiempo compartido. Las vacaciones son periodos de descanso y periodo de reflexión, por lo que muchas personas deciden poner fin a una idea que llevan tiempo rondando por la cabeza.